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Personajes: ¿Por qué Ñuñoa?

En la voz de cinco personajes fuimos testigos del encanto que tiene Ñuñoa, una comuna que se manifiesta en las artes, la gastronomía, la vida tranquila y el recuerdo de tiempos pasados.


Rodrigo Barrionuevo, fotógrafo.

Las razones por las que eligió esta comuna para instalar su estudio fotográfico fueron variadas: "Primero que todo, por la cercanía a mi casa en Providencia. También por lo céntrico de la comuna, está a pasos de Irarrázaval, de Pedro de Valdivia.
La segunda razón es que en la comuna de Ñuñoa es más fácil encontrar propiedades con patente comercial y a precios razonables si se considera que a cuatro o cinco cuadras más cerca de Providencia las propiedades suben bastante.
Lo tercero es que Ñuñoa es por excelencia un barrio de productoras de cine, estudios de foto y talleres de diferentes áreas culturales, lo que le da un valor agregado al barrio. Los clientes y agencias de publicidad están acostumbrados a que casi cualquier producción sea por acá.
Cuarto, me encanta el barrio: sus viejas avenidas con árboles grandes con mucha sombra, su arquitectura, el entorno comercial y plaza. Es un barrio donde encuentras lo que quieras a la mano y fácil, casi caminando.
Quinto: la posibilidad de que mis clientes encuentren estacionamiento relativamente fácil. ¡Muy importante!".



Anette y Marcos Kraus, hermanos a cargo de la Fuente Suiza.

"Nuestros abuelos llegaron a vivir a esta comuna alrededor del año 1940. Atendieron un restaurante en Vicuña Mackenna con 10 de Julio durante 14 años. Con la necesidad de tener un negocio más pequeño y propio compraron un local en el nuevo centro comercial de la época (1954), que se estaba construyendo en Irarrázaval, entre Macul y J.E, Concha, sede actual de la Fuente Suiza que hoy conocemos. Esta tranquila comuna residencial de Ñuñoa acogía la mayor actividad social y juvenil de la época, con el centro deportivo del Estadio Nacional, varios centros educacionales como el Pedagógico y culturales como la Plaza Ñuñoa y los diversos cines que se localizaban en sus alrededores. En el curso de los años 60 nuestra madre, Sonia Laengle, junto a su marido asumen la administración del local, dándole nuevos aires e implementando con mayor fuerza el concepto de fuente de soda con los sándwiches y empanadas que hoy la caracterizan. Mucho más tarde nos integramos nosotros a esta empresa familiar y comienza una nueva etapa, la Fuente Suiza se agranda y moderniza de acuerdo con las nuevas demandas de su clientela". Actualmente esta familia y su local han crecido junto a la comuna de Ñuñoa, sintiéndose parte del gran desarrollo e historia de ésta.

Inés Stranger, directora Teatro Universidad Católica.

"Me preguntan hoy por qué Ñuñoa y contesto con más dudas que antes: la comuna de Ñuñoa, como muchas, ha sufrido los embates de un crecimiento desorganizado. Calles que eran tranquilas son hoy día un enjambre de alta velocidad y bocinas enardecidas. El progreso mal entendido siempre confunde lo urgente con lo importante. Pero, a diferencia de otras comunas, Ñuñoa resiste: se organiza, se reinventa y se redefine. Se repuebla de generación en generación, porque tiene identidad y los ñuñoínos la defendemos. En comparación a otras comunas, Ñuñoa se equilibra logrando ser urbana y residencial al mismo tiempo. Su fortaleza está en su escala, cuando crece se desproporciona. Pero cuando la comuna guarda su escala, guarda su esencia y su encanto. Es una comuna que se puede caminar, tiene restaurantes, bares, boliches y un teatro: el Teatro de la Universidad Católica, que está enraizado en la Plaza Ñuñoa desde los años 70 y que tengo el honor de dirigir. Sabemos que el 30% del público del Teatro UC vive en la comuna de Ñuñoa, gente que pasa por afuera, mira lo que estamos dando y se entusiasma. Ñuñoa vive cuando hay teatro, música, arte y gastronomía. La plaza es el pulmón cultural de la comuna. Y ese micromundo sigue viviendo porque está pensado a escala, íntimo, familiar, ciudadano y abierto a toda la comunidad santiaguina. El capital de Ñuñoa está en su vida de barrio. Porque la cercanía facilita el encuentro".

Patricia Israel, artista.

"Hay tantas cosas que contar de Ñuñoa. Hace como 24 años una pareja de amigos me dijo: 'Tienes que comprarte una casa'. 'Están locos' -les dije-. 'Cómo me voy a comprar una casa' (porque yo había llegado hacía poco de fuera de Chile). Pero me convencieron. Entonces me puse a buscar algo grande, con techos altos y con un buen terreno, porque la idea era instalar allí también mi taller. Hasta que encontré esto ¡y me enamoré! Hoy la casa tiene 95 años. En ese tiempo estaba abandonada porque las dueñas vivían en el sur, y tengo entendido que antiguamente era una quinta de veraneo, creo que de una señora Walker que venía los fines de semana a este campo.

Por estos días de primavera los aromas que entregan los jardines son exquisitos; jardines que no son diseñados, que están hechos simplemente por el placer de plantar y poner las manos en la tierra. Además, me gusta eso de sentir que vivo como fuera de Santiago, al estilo de regiones. Me encanté con la vida de este barrio, con el almacén de la Toti, la peluquería de mi amiga Amparo Toledo que está aquí al frente, la verdulería de los argentinos, y, por ejemplo, con situaciones como cuando voy a comprar el pan y me demoro más de 20 minutos porque me encuentro con los vecinos y nos quedamos conversando. Es un lugar natural, pero sobre todo es un lugar muy poco siútico. Hay un asunto de pertenencia con este barrio muy fuerte. Es una manera de vivir distinta, en una comuna que aún tiene algo de bondadosa, y es de esperar que eso no cambie".

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